Como en el último partido de Brasil en la fase de grupos, ningún jugador azulgrana ha participado en el compromiso que la 'canarinha' ha disputado en los cuartos de final contra Paraguay. Sin Alves ni Adriano, la selección de Menezes ha visto como se repetía la película que protagonizó un día antes la anfitriona Argentina y ha caído en la lotería de los penaltis tras acabar 0-0 -en la fase de grupos ambos empataron a dos- durante los primeros 120 minutos. En los penaltis, Paraguay ha estado más acertada y ha dejado la competición sin jugadores del Barça.

Las ocasiones, para Neymar

El planteamiento ultradefensivo de Paraguay ha permitido a la selección brasileña disfrutar de toda la posesión desde el inicio. De esta manera, y con cuentagotas, han llegado las aproximaciones a la portería de Justo Villar. Neymar es quien ha tenido más, pero siempre ha rematado desviado. También Lucio, a bocajarro, pudo abrir el marcador. Paraguay se sentía cómoda esperando en su mitad de campo y ha conseguido llegar al descanso sin goles.

Justo Villar, decisivo; Alcaraz y Leiva, expulsados

La segunda mitad, menos intensa, se ha parecido mucho a la primera, ahora con Pato desaprovechando hasta dos claras ocasiones de gol. El salvador paraguayo ha sido su portero, providencial en varios uno contra uno. En otra jugada, Barreto ha sacado bajo palos un gol cantado de Fred. A Brasil le podía la ansiedad, a Paraguay le fallaba cada vez más el físico, y de esta manera se ha llegado a la tercera prórroga de los cuartos de la Copa América. En ella, lo más destacado ha sido la disputa que ha acabado con las expulsiones de Alcaraz y Lucas Leiva.

Brasil falla los cuatro penaltis y dice adiós

Tenía que ser la lotería de los penaltis la que decidiera. Y el mal estado del césped seguramente ha sido uno de los culpables de que se tiraran hasta cuatro penaltis directamente fuera. Uno lo ha detenido Villar y los otros dos los han transformado Estigarribia y Riveros. Brasil, con cuatro penaltis fallados, ha quedado eliminada en los cuartos en una competición que ya no cuenta con ninguno de los dos grandes favoritos.