Preferentemente son profesores de escuelas públicas, monitores infantiles o educadores de
instituciones de cariz social que trabajan con niños y niñas en diferentes contextos de
vulnerabilidad.
Los educadores seleccionados tienen que ser profesionales que trabajen con niños y niñas en
riesgo de exclusión social, en los barrios más desfavorecidos de la localidad donde se desarrollan
las JES.
Se seleccionan 150-200 niños entre 8 y 16 años, el 50% los cuales tienen que ser niñas. Se debe tener como objetivo trabajar en los barrios de menor renta, donde se da prioridad a las familias con mayor vulnerabilidad. Para esta selección, la Fundación recibe el apoyo de asociaciones locales con un elevado conocimiento de las familias más necesitadas.
Para la realización de las actividades, los niños se dividen en grupos según criterios de edad. Siempre se trata de respetar la proporción de 50% niños y 50% niñas.
Para la selección de los beneficiarios —tanto de educadores como de alumnos— se crea un Comité de Organización de las Jornadas formado por representantes de todas las organizaciones que apoyan la iniciativa —ONG, asociaciones, ayuntamiento, delegaciones, etc.
Dicho Comité se encarga de sentar las bases para una correcta identificación de beneficiarios que maximice el impacto de las JES y tenga un efecto multiplicador.