Al día siguiente de que el Barça de Pep Guardiola mostrara al mundo la mejor versión de un deporte llamado fútbol y repitiera el sueño de Wembley 19 años después, el Barça Borges ha recuperado el trono europeo del balonmano con una victoria de prestigio y en un escenario ideal. El Lanxess Arena de Colonia ha coronado a un equipo, el de Xavi Pascual, que consecutivamente ha dejado fuera al vigente campeón (THW Kiel), al anfitrión de la Final a Cuatro (Rhein-Neckar Löwen) y a uno de los dominadores del balonmano europeo reciente y gran rival azulgrana (Ciudad Real).

Ha sido el final de un camino comenzado meses atrás, posiblemente al día siguiente de la derrota ante el Kiel, hace un año, en este mismo escenario. La piña del equipo antes de la bocina inicial era pura concentración. Era el día. Caras de firme convencimiento en la victoria, en una trayectoria que a la fuerza avala el éxito final. Resultado: un partido completísimo, brillante en el primer tiempo, para conseguir levantar la Octava.

Extraterrestre Saric

Sin Sterbik, esta vez Hombrados no ha podido mantener vivo el sueño del conjunto manchego. Y es que Daniel Saric le ha ganado claramente el duelo bajo los palos, uno de los aspectos que, sin duda, podía hacer decantar la final. Y Saric lo ha decantado, y de qué manera. A modo de ejemplo, a los tres minutos de juego, el bosnio ya llevaba dos paradas por ninguna del internacional español (2-0), si bien los manchegos han contestado con un rápido parcial de 1-4.

Partido duro, intenso, con defensas agresivas que no querían hacer concesiones. Las defensas alternativas del Ciudad Real encontraban buenas respuestas en los ataques del Barça Borges, con Juanín y Noddesbo como ejecutores. Las rápidas transiciones de uno contra la circulación del otro han generado minutos de juego trepidante y mucha riqueza táctica. Los azulgranas dominaban al ecuador del primer tiempo y Saric, picado por un encontronazo con Parrondo, seguía haciendo números para llevarse el MVP de la temporada, incluso marcando un gol estratosférico de campo a campo.

La defensa azulgrana ha vivido los mejores momentos, con tres bloqueos consecutivos que han permitido acciones de contraataque. La diferencia azulgrana ha crecido hasta el 14-10 con que se ha llegado al descanso, y Saric ha acabado haciendo levantar al público del Lanxess con tres paradas seguidas de maestro (10 al final del primer tiempo, 21 en total). Sencillamente espectacular.

La experiencia del año pasado

Era evidente que todo no podía salir redondo, que en la segunda mitad tocaría sufrir. Así debe ser en una final y los manchegos son unos expertos en batallas de este calibre. Entrerríos, el azulgrana, ha hecho el 15-10, pero el otro Entrerríos, el del Ciudad Real, ha reducido la diferencia con dos goles. Bonito duelo, los de los hermanos. Saric, con cuatro paradas más, ya por encima del 50 por ciento de acierto, lo ha arreglado y el Barça Borges ha vuelto a mejorar la máxima diferencia (20-13).

Unos minutos de cierta decadencia física, entre el 45 y el 50, le han permitido acercarse al rival. La defensa 5-1 del Ciudad Real, con Källman de avanzado, ha minimizado el ataque azulgrana y Hombrados también ha querido hacer acto de presencia: 23-19. Pero la experiencia del año pasado, dos goles de Víctor Tomás y dos grandes acciones defensivas han asustado a los fantasmas. Saric ha puesto la guinda a la actuación de su vida y, definitivamente, el título se ha teñido de azulgrana, los colores del nuevo rey de Europa.