La pasada temporada la Liga de Campeones estrenó un nuevo formato. En vez de disputarse la final con partidos de ida y de vuelta optó por una fórmula que ya triunfa en otros deportes, como el baloncesto: la Final a Cuatro. Los cuatro equipos que se clasificasen para semifinales se encontrarían en el Lanxess Arena de Colonia (Alemania) para luchar por una plaza en el partido final y llevarse el trofeo de campeón de Europa.

El reto del Barça Borges era participar en un evento pionero en el balonmano, teniendo en cuenta la historia de la sección a nivel europeo, y lo consiguió después de deshacerse del Veszprém en los cuartos de final de manera impresionante.

Eliminando al último campeón

Esta temporada, el Barça Borges ha vuelto a llegar por la puerta grande. Los de Xavi Pascual han conseguido la clasificación precisamente ante el Kiel, el equipo que les ganó en la final en la edición del año pasado, y haciendo el mejor partido de la temporada. Un éxito doble para la sección, que repite presencia en la cita que se vuelve a celebrar en Colonia.

Su rival en semifinales, el Rhein-Neckar Löwen, también juega en casa, como el oponente que los azulgranas se encontraron en la última final, pero los de Pascual ya demostraron entonces que saben jugar con la presión de un pabellón impresionante con el público en contra.