Contra el todopoderoso Kiel, contra el campeón de Europa, y con el viento a favor de un Palau enorme, el Barça Borges ha dado el primer paso para estar en Colonia. Para ser el mejor hay que batir a los mejores y en este grupo está el rival alemán. En el ecuador de una eliminatoria a 120 minutos, los de Xavi Pascual han cogido una pequeña pero gran ventaja que deberán defender con las garras el próximo domingo.

La primera mitad ha sido vibrante, con más tensión que buen juego, todo sea dicho, pero en cualquier caso apasionante. Ambos equipos ponían mucho en juego, y ha sido el Kiel que, en los puntos, ha salido ganador. El mando de la segunda, en cambio, ha sido azulgrana, con un Saric hasta entonces inédito y espectacular en los segundos 30 minutos, y un conjunto entregado a la causa.

El THW Kiel toma las primeras ventajas

Los primeros minutos, siempre de tanteo, han tenido detalles sintomáticos. Los tres primeros goles han sido de penalti, señal de que las defensas no concederían goles fáciles. Los lanzamientos de 7 metros por parte azulgrana han sido de Rocas, en un buen intento para despistar a Omeyer. Y un tercero, importante, Filip Jicha, uno de los muchos jugadores determinantes del Kiel, se ha resentido de unos molestias en la mano y por unos minutos parecía que tendría problemas para continuar.

Claro que cuando se habla del Kiel, a falta de unos cracks aparecen un otros. Ilic y Zeitz han tomado el relevo y con cinco goles le han dado la vuelta al 2-0 inicial (3-5), demostrando que los alemanes son un equipo muy peligroso cuando coge una buena racha. Desde ese momento y hasta el final del primer tiempo, los de Alfred Gislasson han ido siempre por delante en el marcador. Esto ha sido así porque Omeyer y la defensa germana han aparecido en su mejor versión. El francés ha sacado dos goles cantados a Juanín y ha permitido a su equipo mantener la ventaja (6-8). Las transiciones rápidas de los visitantes dañaban considerablemente, siempre lideradas por un Jicha visiblemente y rápidamente recuperado.

El Barça Borges no acababa de coger la rueda de su rival, fruto de errores en la definición que no entran en el guión de un partido redondo. Dos goles de Jerome han ensanchado la diferencia hasta los cuatro tantos (11-15), la máxima hasta entonces. El Barça Borges se encontraba colapsado ante el granítico 6-0 alemán, una defensa intensa, con músculo y altura, si bien la exclusión del mismo Jerome ha ayudado a marcharse hacia los vestuarios con una desventaja más digerible (14-15). Las sensaciones hasta ese momento indicaban que los alemanes habían sido un poco mejores, pero ni eso ni la falta de acierto de la portería azulgrana abrían brecha. Todo volvería a empezar, en la reanudación, y había que ser optimistas.

Los visitantes, ocho minutos sin marcar

Omeyer, con dos paradas de buen principio (penalti incluido a Iker) volvía a ser un muro, pero a la tercera, Víctor Tomás ha conseguido finalmente un empate que hacía muchos minutos que se buscaba. Daniel Saric (ahora sí) y Rutenka han confirmado que el Barça Borges cogía el timón del partido (16-15) ante un Kiel que ha tardado más de 8 minutos en lograr su primer gol.

Sin embargo, el duelo se ha vuelto a equilibrar. Los visitantes tienen recursos sobrados para encontrar portería y han evitado la escapada de un equipo azulgrana que mandaba y convencía. Faltaba rematar, pero eso ante el Kiel es casi imposible. Con 22-21 y superioridad numérica local, Omeyer ha vuelto a evitar la escapada, situación que se ha repetido del 24-21 al 24-23 en un abrir y cerrar de ojos.

Pero el equipo de Xavi Pascual, empujado por su afición y un Saric sensacional, ha hecho un último esfuerzo que le ha valido un cojín importante de cara al choque de vuelta. Serán dos goles (Klein sobre la bocina evitó que fueran tres) y un botín incalculable de autoconfianza los que entrarán en el equipaje.