Fue una lección de coraje y compañerismo, la que dio el sábado el brasileño, que decidió infiltrarse para disputar la final de la Copa del Rey y ayudar a sus compañeros en el objetivo de ganar el título. El partido de Chico fue excelente. Se mostró muy activo en la presión y sobre todo estuvo firme en defensa, a la hora de frenar al peligrosísimo Betao. Para todos aquellos que conocían el alcance de sus molestias en la rodilla, la actuación de Chico fue una heroicidad. Aguantó hasta el minuto 30 en toda una nueva demostración de amor a los colores, hasta que el dolor ya era insoportable.

"Lo hice por el club y por mi familia. Ellos creyeron en mí, siempre han dicho que podía hacerlo. Ha sido duro, ha habido un momento en el que ya no he podido seguir", explicó visiblemente emocionado al final del partido. Puso la piel de gallina a más de uno, aunque quien más lo conoce no se sorprende. Marc Carmona, el técnico del Barça Alusport, destacaba el coraje y la generosidad de su jugador: "Chico no ha tenido mala suerte. Ya estaba lesionado desde hacía una semana. Decidió pincharse y dijo que jugaría hasta que la rodilla reventara. No me sorprende. Hace siete años que está en el Club y siempre se ha mostrado muy generoso con sus compañeros".

Chico terminó el partido en la grada, junto a los demás lesionados, Wilde, Igor y Cristian, apoyando a los compañeros y sufriendo como un aficionado más. Esta misma noche será examinado por el doctor Ramon Cugat, que junto con los médicos del equipo determinará cuando pasará por quirófano y el tiempo aproximado de baja.