El juego limpio, una de las máximas que el Club quiere inculcar a los futuros futbolistas, se ha vuelto a ver en el partido del Juvenil B. Un gesto que recuerda lo que hizo el Alevín B entrenado en 2007 por Albert Puig y que sorprendió.
Cuando sólo faltan seis jornadas para acabar la temporada y tienes la Liga tan cerca, lo normal es
levantar el título lo antes posible. Pero el
Juvenil B demostró
el sábado en Castelldefels
que en Can Barça, por encima de los éxitos deportivos, lo que los responsables del fútbol
formativo quieren es educar y formar futbolistas y sobre todo personas.
Pierden 2 puntos pero aprenden una lección
Los chicos entrenados por
Sergi Barjuan llegaban a la jornada 28 como líderes a 8 puntos del segundo, el
Espanyol. El sábado, contra el Castelldefels, quería conseguir un triunfo que les acercara un poco
más al título. Con el 0 a 0 en el marcador y cuando el partido ya estaba llegando a su fin tuvo
lugar la jugada polémica. Un gol del azulgrana
Carlos Julio Martínez, cuando el portero del Castelldefels estaba en el suelo
lesionado, generó las quejas del equipo rival. Pero el juego limpio del Juvenil B del Barça fue
mayor que la ambición por ganar los tres puntos y siguiendo las órdenes de Sergi Barjuan dejó que
el Castelldefels firmara el empate.
Un gesto que les hizo perder dos puntos, y que una vez finalizada la jornada permitió al
Espanyol B recortar dos puntos, pero que alecciona a los jugadores del Barça y
también al mundo del fútbol.
El Juvenil B y Albert Puig, protagonistas
Los medios de comunicación se han hecho eco del gesto deportivo del Juvenil B. Y es
que desgraciadamente no es habitual que en el mundo del fútbol el
'fair-play' prime por encima de todo. Pero en las categorías inferiores del FC
Barcelona el juego limpio es una de las máximas que sus responsables quieren difundir entre los
chicos y chicas. Precisamente en
2007 el Alevín B, que entonces estaba entrenado por
Albert Puig, actual
coordinador del Área de Fútbol Formativo, ya tuvo un gesto que dio que hablar. Fue
en un
torneo en Peralada, en que el
Barça se enfrentó al Espanyol. Durante el partido los niños de Albert Puig no
devolvieron un balón que el equipo blanquiazul envió fuera para que atendieran a un jugador
azulgrana y en esa jugada el Barça marcó. El técnico, consciente de que esta no es una acción bien
vista dentro del mundo del fútbol, mandó al equipo que se dejara hacer un gol.
Una lección más que el fútbol formativo del FC Barcelona tiene como primer objetivo formar
personas a la vez que crea futuros jugadores al más puro estilo de Xavi, Messi o Iniesta.