11.07.2010 10:19

El campeón tendrá raíces azulgranas

Jaume Marcet

Los ocho azulgranas de la selección española están a sólo un partido de convertirse en campeones del mundo. La Holanda del exlateral culé Gio Van Bronkhorst busca su primer campeonato del mundo después de perder las finales de 1974 y 1978.

Gane quien gane el Mundial, el campeón tendrá raíces azulgranas. Sea España o Holanda el que se proclame ganador de la Copa del Mundo de Sudáfrica en Johannesburgo (domingo, 20:30 h) lo hará con evidentes vínculos azulgranas.

Influencia azulgrana

Si el vencedor es el conjunto español, la relación será obvia: todos los goles del equipo de Del Bosque los han firmado jugadores azulgranas y el estilo de juego del equipo español bebe de las fuentes del modelo de fútbol azulgrana.

España cuenta con ocho jugadores del FC Barcelona y nuevo hechos en la cantera azulgrana. Villa, con cinco goles, ha sido el gran goleador de 'la roja' pero el oficio y seguridad de Puyol y Piqué, el arrebato y diseño de Busquets y Xavi, así como la magia de Iniesta y el dinamismo de Pedro han sido básicos para ir superando rondas.

Holanda y el Barça

Si Holanda consigue hacerse con el cetro mundialista lo hará con la presencia fija del lateral izquierdo Gio Van Bronckhorst, una de las piezas clave del Barça de Rijkaard. Además, los ayudantes de Van Marjwick son Frank De Boer y Philip Cocu, dos jugadores con una amplia trayectoria en el FC Barcelona.

Además, históricamente, Holanda y el Barça han ido de la mano desde la época de Rinus Michels. Al llamado "míster mármol" le siguieron Neeskens, Cruyff, Koeman, Van Gaal y Rijkaard entre muchos otros holandeses que han hecho historia en el club azulgrana.

El actual modelo de juego azulgrana tiene su punto de partida en la llegada de Michels, que quiso trasladar el llamado fútbol total que se practicaba en el país de los tulipanes al FC Barcelona. Más allá del éxito de la temporada 73-74 (con el 0-5 en el Bernabéu) lo que consiguió Michels fue impacto con su estilo valiente y ofensivo.

Esta manera de entender el juego fue captada por Oriol Tort y Laureano Ruiz en el fútbol base azulgrana y desde la década de los 70, con algunas excepciones, ha sido la base sobre la que se ha construido el estilo de juego propio del Barça.

Quien consolidó esta idea en el primer equipo fue Cruyff pero la obra del Dream Team tuvo continuidad con Van Gaal, Rijkaard y ahora con Guardiola.