En la actualidad se benefician de esta inicativa más de 400 jóvenes de seis localidades de la provincia de Arauca, una zona que padece una grave crisis humanitaria provocada por la violencia de grupos armados desde hace treinta años.

Cerca del Barça

El objetivo es animar a los jóvenes y adultos indígenas en riesgo de desplazamiento a seguir adelante con su vida;  enseñándoles, a través del deporte, valores, normas y trabajo en equipo. “Los jóvenes reciben así herramientas no solo para su vida, sino para su comunidad, con acciones concretas para la construcción de la paz y aumentar la confianza, la autoestima y la integración”, explica Oscar Sánchez, jefe de la oficina del ACNUR en Arauca. “Aunque el Barça juega muy lejos de nosotros, nos sentimos cercanos al club”, assegura Gustavo González, coordinador indígena de “Juego Limpio”.

Árbitros y jugadores al mismo tiempo

Los beneficiarios se agrupan en equipos de futbol y sus entrenadores son educadores de paz que se reúnen semanalmente con los participantes, hombres y mujeres, niños y niñas,  para elaborar las reglas de conducta durante el juego. Después, son los mismos jugadores quienes vigilan el juego y el buen comportamiento de los participantes, ya que no hay árbitro. Al final de cada encuentro vuelven a reunirse de nuevo para evaluar su conducta. “De esta manera, vinculan las experiencias vividas durante el partido con su vida cotidiana y extraen lecciones para mejorar su comportamiento de convivencia en comunidad.”, assegura Héctor Fabián Rodríguez, uno de los entrenadres.