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Baloncesto

04.05.2009 13:42

Una temporada casi perfecta

Sònia de Alba


La Euroliga ha situado al Regal Barça entre los mejores equipos del continente. Pese a perder la semifinal contra el CSKA, y no poder jugar la final por el título, los azulgranas han rayado el mejor nivel global de baloncesto.


No es ningún consuelo pero, a veces, los datos objetivos y estadísticas son un gran reflejo de las sensaciones que contagia un equipo. Y el Regal Barça ha dejado una huella profunda a nivel europeo. No ha sido sólo por tener contra las cuerdas durante 34 minutos al campeón de Europa de la temporada anterior, el CSKA de Moscú, ni por obtener el tercer lugar por primera vez en su historia. Hay intangibles que han obligado a todo el mundo a felicitar el buen baloncesto de los hombres de Xavi Pascual durante toda la campaña. Y también datos empíricos que lo demuestran.  

Cinco derrotas

QM3D0518.jpgLa fase regular de la Euroliga, el Top 16 y también el play-off previo a la Final a Cuatro han contabilizado sólo cinco derrotas del primer equipo de baloncesto azulgrana. Este bagaje es muy significativo de cómo ha jugado el conjunto. 

Desmenuzando estos partidos perdidos, cabe destacar que en la primera fase sólo el Montepaschi, y en Siena, fue capaz de llevarse el triunfo contra los azulgranas por 71-61. El último cuarto fue definitivo en un partido en que el pulso de fuerzas fue igualado en todo momento. De hecho, el Regal Barça ganó tanto en el Palau com en el OAKA als de Zeljko Obradovic, dos triunfos sin discusión.

En 10 jornadas disputadas, el Regal Barça fue el equipo con mejor balance. El Olympiacos acabó con cuatro derrotas, el Panathinaikos, con tres y el CKSA también con tres partidos perdidos.

En el Top 16, pese a el tropiezo en Vistalegre frente al Real Madrid (85-83), los azulgranas no cedieron ni una derrota en los cinco partidos siguientes, incluida la victoria en Tel-Aviv. Haciendo la comparativa con los otros tres equipos de la Final a Cuatro, todos concluyeron con 5-1.

2.jpgEl play-off contra el TAU fue el más intenso de todos. El CSKA consiguió derrotar al Partizan por la vía rápida, mientras que Panathianikos y Olympiacos necesitaron cuatro enfrentamientos.

Los azulgranas comenzaron mal, con derrota contra los de Dusko Ivanovic. Pero el orgullo, el buen juego y el factor pista hicieron imponer la lógica del baloncesto ante un rival que de seguro que podría haber participado en Berlín.

Todo ello hace que a la final europea el Regal Barça se presentase con las credenciales más solventes y contrastadas.

3a posición histórica

QM3D2289.jpgLos hombres de Xavi Pascual se plantaron en Berlín con ambición máxima. Y ésta se puso de manifiesto desde el salto inicial contra el CSKA. Pero la sangre fría de los rusos, y la experiencia en mil y una situaciones como ésta –además de haber tenido tiempo de sobras para preparar la cita europea - , posibilitó que en el tramo final del partido todo se girase.

Ésta ha sido la quinta derrota del Regal Barça ya que, por primer vez en la historia de la sección de baloncesto azulgrana, y después de 10 presencias a finales europeas, el equipo ganase la final de consolación . Se demostró, por enésima vez, el carácter y la madurez de un conjunto que aspira a lo máximo... pese a que en esta ocasión no ha podido ser.

Una temporada casi perfecta
Andersen brilla
El estado de forma de David Andersen tuvo reflejo directo en su brillante actuación tanto en la semifinal contra el CSKA como en la final de consolación ante el Olympiacos. El pívot de origen australiano firmó su mejor estadística en la fase final de la Euroliga de todas las participaciones que ha presenciado.

Andersen acabó con un global de 44 puntos, 24 de los cuales los sumó contra su ex equipo, el CSKA. El dorsal 13 azulgrana fue el mejor jugador de su equipo, sólo superado por Ramunas Siskauskas, el verdugo de los azulgranas.

Pero el filón de Andersen continuó en la final por el tercer lugar. 20 puntos, cuatro rebotes para un total de un 16 de valoración. El jugador con pasaporte danés llevó la batuta azulgrana en un partido en que también sirvió, y mucho, la aportación de todo el banquillo.

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