El Barça Alusport ha vuelto a perder un partido de fase regular en el Palau un año y casi tres meses después. Se rompe así una estadística de fiabilidad espectacular, pero sobre todo el partido de este viernes ha servido para recordar que no siempre gana quien más se lo merece.

Porque si alguien merecía los tres puntos, ha sido el Barça. Si alguien ha buscado el gol, ha sido el Barça. Y si alguien ha tenido mala suerte, toda la del mundo, más aún, ha sido el Barça. Cuarenta minutos de ataque sin acierto de los azulgranas han desesperado la grada y han hecho volar los tres puntos hacia Lugo, donde comenzarán a construir un monumento a Mendiola y a los postes de su portería.

Gol tempranero

El Barça Alusport ha querido el dominio desde el principio y menos de dos minutos ha tardado en abrir la lata. Wilde, el olfato del cual no sufre nunca virus FIFA, ha superado a Mendiola con un disparo escorado pero potente con la pierna izquierda.

Era el 1-0 justo empezar y a algunos eso les ha hecho pensar en un partido cómodo. Pero es evidente que después de la semana que ha tenido, al Barça Alusport le faltaba algo. Azkar Lugo, consciente de que hoy era un buen día para plantar cara, ha salido de la cueva de la mano del internacional Matamoros y después de un par de avisos bien resueltos por Paco Sedano, ha llegado el empate. Una rápida contra de Genaro la ha culminado Miguel por debajo de las piernas del portero madrileño.

Un cañonazo al palo de Fernandao ha devuelto el dominio a los locales, que buscaban con insistencia el gol. Las ocasiones eran culés, si bien faltaba cierta fluidez en el juego y seguridad en los pases. Los gallegos, por su parte, han avisado en alguna rápida salida por banda sin más trascendencia. El conjunto de Bruno García veía con buenos ojos el paso de los minutos, intentando estar dentro del partido el máximo de tiempo posible y Mendiola lo ha hecho posible con varias intervenciones de mérito.

Parecía que el gol estaba maduro, por el martilleo de acercamientos azulgranas. Y acabó cayendo, pero nadie habría acertado a qué portería. Una pérdida en defensa ha generado un dos contra el portero que nuevamente ha culminado Miguel. El Azkar Lugo ya tenía exactamente el partido que quería, y donde lo quería. Al descanso, 1-2 y cierto desasosiego pululando por la grada.

Salida demoledora ... sin puntería

Consciente de que para desatascar el partido era necesario algo más que su evidente superioridad técnica, los azulgranas han salido disparados del vestuario. El empate ha estado a punto de llegar en varias ocasiones, pero acciones como la de Saad, que falló un gol cantado sobre la línea de gol, o la de Lin, que estrelló un gran remate al larguero, demostraban que no era el día.

Los gallegos achicaban agua como podían y el partido se jugaba básicamente en su terreno, pero Mendiola y la puntería no querían hacer ningún favor al Barça Alusport. También el público del Palau ha despertado, sin querer aceptar que el gol no quisiera llegar. Lin ha vuelto a aparecer, esta vez para evitar un gol sobre la misma línea en la única ocasión visitante del segundo tiempo. Porque quien bordeaba el gol, quien lo merecía, era el Barça Alusport.

A cinco minutos y medio para el final, viendo la falta de puntería y sobre todo de suerte, Carmona ha arriesgado colocando a Chico como portero-jugador. Precisamente el brasileño ha estado a punto de marcar en dos remates francos, pero Mendiola ha vuelto a intervenir, repitiendo después a pies de Saad y Wilde. El depredador ha vuelto a topar con el travesaño, como guinda de la mala fortuna.

La insistencia azulgrana increíblemente no ha tenido premio en las botas de ningún jugador, hasta que un error, el único, ha supuesto el tercer y definitivo gol gallego. Genaro, a puerta vacía, cerró el partido. Un partido que, vale la pena repetirlo, ha premiado a quien menos lo merecía.