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18.03.2010 15:23

El 50% de los goles, entre Messi y Pedro

Jaume Marcet

Messi y Pedro han marcado esta temporada 48 goles, la mitad de los 96 que ha conseguido el equipo en todas las competiciones oficiales. Tanto el argentino como el canario destacan por su movilidad y capacidad de definición.

El 24 de junio de 1987 nace en Rosario Lionel Andrés Messi.
Sólo treinta y cuatro días más tarde, un 28 de julio de 1987, nace en Santa Cruz de Tenerife Pedro Rodríguez Ledesma.

La mitad de los goles del Barça 2009/10 llevan el sello de estos dos jugadores de 22 años cumplidos en la cantera azulgrana. Messi ha hecho 31, mientras que Pedro en suma 17. Pedro ha marcado en las seis competiciones que ha disputado el Barça, mientras que Leo sólo se ha quedado sin marcar en la Supercopa de Europa.

Desequilibrio y gol

Los dos arrancan desde la banda, pero destacan por la capacidad de moverse entre líneas y dibujar diagonales imparables.
Pedro siempre había respondido al perfil de extremo puro que busca buenos centros y desequilibrio por la banda, pero en su primera temporada como jugador de pleno derecho del primer equipo, se ha destapado como un gran chutador a larga distancia. Sus goles de oportunismo también han sido claves en momentos decisivos.

Desde que Rijkaard le hizo debutar, Messi se adaptó sin problemas al lugar de extremo derecho. Las diagonales y capacidad para llegar al área marcaron sus inicios. Buen pasador, pero mejor rematador, Leo había jugado siempre de mediapunta, de enlace con los delanteros. En los últimos partidos Messi combina su puesto de punta diestro con el de falso delantero centro o mediapunta, una posición que le permite una llegada nítida de cara a gol.

Productos de la cantera

Tanto Messi como Pedro se han hecho como jugadores en las categorías inferiores del Barça. Su paso al primer equipo ha sido del todo natural, ya que en sus años en la cantera ya habían asimilado el estilo y la filosofía futbolística del club.

Leo Messi llegó al Infantil B azulgrana procedente del Newell's Old Boys y su juego eléctrico encajó enseguida con el estilo ofensivo y ambicioso de los equipos inferiores azulgranas. Su indiscutible calidad le hizo ser el gran crack y referente en todas las categorías. Pedro llegó más tarde al fútbol base del Barça, del Tenerife pasó al Juvenil A azulgrana. Su progresión fue más lenta, pero siempre destacó por una entrega sin condiciones. Su espíritu de sacrificio cautivó Guardiola que, después de hacerlo pieza clave de su Barça B, le dio la oportunidad de consolidarse en la primera plantilla.