Es, además, un triunfo de prestigio, porque salir victorioso de 'La mano de Elías' sólo está al alcance de los grandes campeones. El Regal Barça ha demostrado de qué es capaz, incluso superando un mal comienzo de partido, un ambiente infernal y un desenlace inesperado, marcado por una falta insólita de Anderson cuando no era necesario, fruto de la tensión del momento, que ha evitado la victoria al final de los 40 minutos. Una acción que, afortunadamente, ha quedado en anécdota.

Tensión máxima

El Nokia Arena es una pista de sufrimiento obligado, una pista que asusta y donde el Maccabi, por otra parte un sensacional equipo, da lo mejor de sí mismo. Un duelo en el que ambos equipos ponían en juego algo más que una victoria, lo que ha hecho subir la intensidad hasta grados inusuales. Un ambiente hostil y un rival con las garras afiladas han sorprendido de inicio un Regal Barça que no encontraba la comodidad deseada. La fuerza bajo los aros de Schortsanitis, el acierto local en el tiro exterior y las rápidas transiciones han descolocado a los de Pascual.

Al Maccabi le gusta sacar puntos de cojín de buen principio. El Regal Barça estaba bajo aviso pero en cinco minutos ya había recibido nada menos que 16 puntos. Los locales veían la canasta como una piscina, con Perkins, Pargo y Eliyahu encendiendo la grada, mientras que los azulgranas no encontraban la diana y sólo el rebote ofensivo evitaba males mayores.

El primer tiempo muerto de Xavi Pascual ha reactivado a sus hombres. Morris, uno de los dos exMaccabi, ha clavado dos triples consecutivos para silenciar, aunque fuera por un par de segundos, el Nokia Arena y generar dudas al rival, pero Perkins primero y Pargo después han cerrado el primer cuarto con un parcial de 24 - 16. Por lo menos, los azulgranas habían sido capaces de frenar la avalancha inicial de los locales.

El segundo cuarto ha deparado otra salida con fuerza del Maccabi, que seguía marcando un ritmo eléctrico, pero el Regal Barça esta vez sí paró el golpe. Con un excelente trabajo bajo los tableros -buen Perovic-, el acierto de Ingles y unos motivados Morris y Anderson, el equipo ha cogido confianza en unos momentos de menos anotación, lo que viendo el primer cuarto, beneficiaba a los visitantes. Al descanso, el conjunto de David Blatt seguía mandando (39-30) pero las sensaciones eran que el duelo estaba abierto.

Virtudes de campeón

En la reanudación, Eliyahu seguía engordando sus estadísticas pero la aparición de Navarro (0 puntos en el primer tiempo, 17 al final) ha sido mucho más determinante. Entre el escolta de Sant Feliu (tres triples prácticamente seguidos) y un Morris excelente (19 puntos) han conducido al Regal Barça hasta secar completamente la diferencia. Un tiro libre de Ricky ha certificado un empate que no se producía desde el salto inicial (54-54). La situación parecía controlada pero dos triples de Pargo han dejado el marcador en -6 a falta de los últimos diez minutos de juego (60-54).

Claro que la situación, a la inversa, se ha repetido al comienzo del último parcial. Anderson y Lorbek han igualado desde más allá del 6'75 y el duelo ha vuelto a empezar. Los locales se entregaban a acciones individuales, pero un triple estratosférico de Anderson ha servido para poner por primera vez al Regal Barça por delante. El Maccabi estaba groggui.

El temible Schortsanitis ha puesto a su equipo a sus anchas espaldas y ha monopolizado el ataque del Maccabi para llevar el partido a cara o cruz final. ¡Y qué cara o cruz! Perkins ha puesto el 71-72, Anderson ha fallado y el Maccabi ha errado dos e incluso tres acciones antes de que Lorbek anotara un tiro libre por casi certificar la victoria. Pero el error de Anderson ha llevado el partido a la prórroga.

El Regal Barça ha estrenado el tiempo añadido con un parcial de 1-6 que le ha permitido marcar el ritmo deseado. Cinco minutos de tensión que han acabado de forma satisfactoria. El conjunto azulgrana ha demostrado más recursos en los momentos decisivos y se ha llevado una victoria de prestigio y a la vez de gran valor.