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25.11.2008 13:10

Zalgiris: el recuerdo de Grenoble 85

Carles Cascante

El Zalgiris Kaunas, el próximo rival del regal Barça en la Euroliga, siempre será un equipo de gran recuerdo para los aficionados barcelonistas. Grenoble 85 significó el primer gran título europeo de la sección: la Recopa.

Manolo Flores, actual adjunto a la Dirección Deportiva del Regal FC Barcelona, era el entrenador de aquel equipo. Hacía pocos días que había tomado el testigo de un histórico a la banqueta barcelonista, Antoni Serra. La final de Grenoble se presentaba como una oportunidad histórica y la afición respondió en demasiado: “Es un recuerdo inolvidable. Cogí el equipo en sustitución de Antoni Serra y recuerdo especialmente el ambiente que se vivió en Grenoble. Entonces, a los aficionados rusos no los dejaban salir del país y los nuestros respondieron en demasiado y llenaron el pabellón.”

Un gran Zalgiris

El entonces equipo de la extinguida Unión Soviética tenía una gran calidad. Sabonis era un jugador llamado a hacer historia y así fue una vez logró salir del equipo verdiblanco. Flores recuerda la final como un choque complicadísimo: “Fue un partido muy igualado. Ellos tenían una calidad innegable, con Arvidas Sabonis, Sergei Iovaisha o Rimas Kurtinaitis, entre otros, todos ellos jugadores de primer nivel europeo. Nosotros, sin embargo, con la ayuda de nuestra afición, hicimos un gran partido y logramos aquella final.”

Una de las curiosidades de aquel partido, sin embargo, fue que “nunca se llegó a terminar”, recuerda Flores. La invasión de campo por parte de los aficionados barcelonistas a falta de dos segundos para el final, obligó a terminarlo antes de tiempo.

De la Cruz, otro de los protagonistas

El choque acabó con triunfo azulgrana por 77 a 73. Uno de los héroes de esa final fue Juan Domingo De la Cruz. El 'Lagarto', como era conocido en el mundo del baloncesto, anotó la última canasta de aquél encuentro y recuerda emotivamente aquel hito histórico: “La pista estaba increíble. Siempre que me hacen recordar aquel momento digo lo mismo. Fue mi mejor momento como jugador de baloncesto. Fue un partido durísimo, pero todo lo que vino después de aquel triunfo no se puede explicar con palabras.”

De la Cruz también comenta, a modo de anécdota, que uno de los compañeros que tenía en el vestuario de aquel equipo, el norteamericano Mike Davis, gritaba cómo se sentía al ver como les recibieron por las calles de Barcelona: “Davis decía que nunca le habían recibido así en su vida. Decía también que se sentía como el presidente de los Estados Unidos de América. Que se sentía una persona muy importante. La verdad es que no se lo acababa de creer.”